Liberación de Eneya

Después de volver del combate, Ral se dirigía a la enfermería, pero oyó un ruido y entró a la mazmorra...

- ¿Hay alguien ahí?.- dije tocando una de las celdas circulares...

Había estado descansando, la verdad es que alli dentro no se podia hacer otra cosa. Abrió los ojos al escuchar a alguien fuera del lugar donde se encontraba.

- S-si.. - dijo, un poco bajo pero lo suficientemente alto como para que se la oyese desde fuera.

Hablando a Grado...

- ¡Grado, parece una chica! ¡Hay que liberarla!

* Ral, ahora mismo estamos débiles, si intenta algo...*

Hablando a la chica...

- ¿Me oyes? ¿Quieres que te saque de ahí?

Abrió un poco más los ojos. Salir de ahi... era algo con lo que habia soñado durante mucho tiempo, salir de aquella especie de celda la cual habia sido lo único que había conocido. Se acercó a la pared de aquello, posando sus manos encima.

- ¡Si, por favor!- dijo casi suplicandoselo.

- Grado...

* Entendido*

Grado se extendió, como siempre las garras aparecen en las manos de Ral. Asestando un duro golpe la celda se hizo añicos...

Empecé a girar alrededor de ella...

- Eres bastante guapa, ¿sabes?.- dije quedanme mirando...

* Se va a enfadar, Ral *

Ignoro lo que me dice Grado...

- ¡Ay va! ¡Qué par de pechos!.- dije mirando fijamente...

Nada mas salir se encontró con una persona que empezó a girar alrededor de ella y enrojeció al instante, pues nunca nadie se habia fijado en ella de esa manera. Miró la ropa que llevaba encima el otro chico.

- ¿Qué es eso?- dijo, señalando la ropa que Ral llevaba puesta

- Es ropa, pero no sirve para nada...si quieres te acompaño a por algo...

- E-esta bien..- balbuceó nerviosa, todavia algo sonrojada por la manera en que la miraba. Miró a su alrededor, observando los restos de celda que la habian contenido durante 15 años y el resto de celdas. Luego volvió a mirar al chico.

- ¿Y-y tu como te llamas?- preguntó nerviosamente.

- Soy Ral, este es Grado.- dije señalando a mi sombra.- ¿Y tú?

Sonrió timidamente.

- Eneya...- dijo, más bien por lo bajo. Después, un tigre blanco emergió de su sombra, materializandose detrás suyo.- Y él es Gaira.

La sombra miró a su alrededor, fijandose en Ral y en Grado, y acto seguido miró hacia un lado.

Gaira: ¿Para esto me has llamado? Vaya pérdida de tiempo...

Se quedó un poco mal por la forma en la que se comportaba, pero las pocas veces que pudo hablar con él comprobó que esa era su personalidad, por lo que no podía hacer nada.

- Bien, vamos a por ropa...- dije haciendo que Grado desapareciera y aparecieran las alas. Hecho ésto agarró a la chica y la cogió en brazos.- Vamonos a ver a Yhasako...

(próximo post en las dependencias del castillo)